sábado, 31 de mayo de 2008

Quieren girarme para que las mire






El señor que aparece en esta foto es Leonardo, de un pueblo de Ciudad Real llamado Cortijos de Abajo. Lo que aparece arriba es su huerta; la parte en la que no hay nada crecido pero en la que se aprecian restos de humedad está preparada para sembrar judías blancas. ¿Por qué este señor? ¿Por que su huerto? El momento que lo conocí fue entrañable y tuvo bastante calidez. No sólo por los 42º que fuera había el 26 de Julio de 2007. Lo fue por la sabiduría que destilaba este mago de un pequeño huerto al que sólo entraba el agua y el azadón, nada de maquinaria, nada de química.Vamos como se ha hecho siempre: sudando y mirando. Viendo la tierra alrededor tan reseca yo le pregunté cómo podían crecer las judías.'Fácil, das un rieguecito bueno a la tierra, la inundas de agua y esperas 2 ó 3 días que es cuando la tierra tiene buen tempero'. Ya está. Y así es como conseguía ese esplendor de las judías que ya había sembrado hacía un mes, justo al lado de donde las iba a sembrar. 'Buen tempero'. Me rindo ante la palabra que siempre he escuchado a la gente del campo cuando han querido sembrar las cosas en su momento más óptimo: tempero. Y la escojo como nombre de mi refugio en la red para dar rienda suelta a las cosas mínimas que por ahí andan y que tanto me engrandecen. Como el saber hacer, la templanza, el saber mirar de Leonardo. Y como creo que las cosas mínimas siempre esconden su lado más revoltoso creciendo en uno sin cesar. Remato esta reseña con la frase que desprendió Leonardo aludiendo a la hermosura de sus judías: 'Siempre quieren girarme para que las mire.'



Ojo, 'quieren girarme para que las mire'. Pienso en esta frase como un verso de descomunal belleza, como un endecasílabo que tira de uno. No me imaginaba que Leonardo también fuese poeta.