sábado, 21 de junio de 2008

Se comportó en nosotros esta música



En aquel tiempo

Yo tuve el corazón capaz de lluvia.
Ocurría febrero con sus alas
y el tiempo digital nos puso juntas
las manos y los ojos y los cuerpos:
toda la tierra que el amor excusa.


Igual que el viento en las banderas altas
se comportó en nosotros esta música.


Me fui quedando acompañado y cierto,
entendido en los bosques de mi jungla,
leñador orgulloso de raíces
que no debieron nunca estar ocultas.
Lo de siempre se puso a ser distinto:
el mar entero cupo en una urna,
el hielo de los vasos provenía
de una lejana nieve, nuestra y única,
mis manos migratorias se quedaron
a vivir en tu tierra más profunda
y en mi boca, de siempre descontenta,
dimitían de pronto las preguntas.


Presenciadas por dos cambian las torres,
la muerte aplaza sus gestiones últimas
y estar vivo se agita y condecora.
La muerte debe ser como un espejo
donde uno mira y mira sin ver nunca.
Ven cerca. Más. Que entre los dos no quepa
ninguna muerte ni ninguna duda.
Te hablo desde febrero y desde siempre:
sabemos del amor por lo que alumbra,
por lo que tuerce y acrecienta y rige,
por su forma de andar en la penumbra...
Y así, sobre semanas perseguidas
izamos con esfuerzo nuestra alma.


El poema es del poeta malagueño Manuel Alcántara.
Por un encargo de la bienal de Málaga Mayte Martín decide tomar su voz para enviárselos al público. Su voz y su guitarra que nunca ha usado en sus conciertos flamencos. En Madrid, un escaso público, como siempre en sus conciertos, por gran desconocida a pesar de sus buenas credenciales y de su excelente crítica, digo, en Madrid el 10 de junio nos trajo un variado repertorio de sus poemas. Este que ha servido como presentación lo abordó a modo de bolero y lo presentó como un gran poema de amor,'de amor de los de verdad'. Otross los interpretó a modo de tango. En otros se dejaban escapar ciertos resquicios flamencos. Pero Mayte es su voz, para el flamenco, para la canción, para los boleros. Es su voz que modula de forma sobrecogedora. No la compararé con ninguna otra voz, pero quien entra en ella no la abandona. Sus peteneras, la sombra de su vidalita que la acompaña.

Mayte nos trajo a Manuel Alcántará, mas conocido últimamente como columnista que como poeta. Merece acercarse la pena a él. Entrar en 'Manera de silencio' es entrar en su niñez olvidada en la memoria, es entrar en el mundo de Dios al que tanto interpela en un claro sentido de existencia y de reclamo como aguien que nos ha abandonado. Dice en un poema titulado 'Palabra de Dios': 'Dios sigue estando claro, pero arriba.' Y sobre la soledad en un soneto magistral de su libro 'El embarcadero' nos dice: 'Si ella me tiene es porque yo me falto'.

Mayte con su hermoso grupo nos dio poesía, en verso y en voz. Gracias.