martes, 4 de noviembre de 2008

'A furto de sus padres'




Ventana del castillo de Peñas Negras, Mora (Toledo)

'Esta maravillosa quietud, y los pensamientos que siempre nuestro caballero traía de los sucesos que a cada paso se cuentan en los libros autores de su desgracia, le trujo a la imaginación una de esas estrañas locuras que buenamente imaginarse pueden; y fue que el se imaginó haber llegado a un castillo -que como se ha dicho, castillos eran a su parecer todas las ventas donde alojaba-, y que la hija del ventero lo era del señor del castillo, la cual, vencida de su gentileza, se había enamorado dél y prometido que aquella noche, a furto de sus`padres, vendría a yacer con él una buena pieza; y, teniendo toda esta quimera, que él se había fabricado, por firme y valedera, se comenzó a acuitar y a pensar en el peligroso trance en que su honestidad se había de ver, y propuso en su corazón de no cometer alevosía a su señora Dulcinea del Toboso, aunque la misma reina de Ginebra con su dama Quintañona se le pusiesen delante.'

'De lo que le sucedió al ingenioso hidalgo en la venta que él imaginaba se castillo'
El Quijote, 1ª parte, Miguel de Cervantes

Esa maravillosa quietud
a la que uno pude acudir
desde esta ventana. Ser
caballero, ser andante,
ser sosiego, ser olivo,
ser su fruto, aceite.
Ser cada olivo Ella,
tenerse admitido por cada árbol,
un sueño con el que no acabo.
Sólo hurtar al tiempo
la escalada a un lugar
que venga a ser un castillo.