lunes, 16 de febrero de 2009

Palabras descolgadas en el traqueteo del habla



Sí, Mérida tiene un fantástico acueducto, un teatro y anfiteatro envidiables. Un museo y restos arqueológicos por doquier. Escueto resumen porque me voy corriendo a esa tienda para el que no quiera aburrirse en la cocina. 'Tracamundeau'. Y no es que yo necesitase un exprimidor en mi visita a esa bella ciudad del teatro clásico. No. Como zumo de mi infancia vino una palabra que mi madre usaba continuamente cada vez que enredábamos sobre cualquier cosa a la que, seguro, practicábamos el inminente desorden. 'Iros de aquí que lo tracamundeáis todo.' Entonces yo no sabía ni lo que era un diccionario ni falta que me hacía. Sabía el significado y me bastaba. Ahora, unos treinta y cinco años más tarde, es cuando me he puesto a buscar el verbo. Nada. Lo más cercano es 'tracamundana' que se le parece bastante. Efectivamente, alboroto, trueque de cosas. Interesante eso que hoy he dado en llamar traqueteo de las palabras, como un viejo carro que viajara con muchas y a las que se les descuelga alguna letra, alguna sílaba. No hay prisa, ya se le añadirá lo que falte a esa palabra, que no se trata de una restauración fiel de una fachada. Sé que la infancia te viene de donde menos te lo esperas, desde una magdalena, un trineo o una tienda de electrodomésticos.