domingo, 21 de febrero de 2010

Habitación dotada de ciudad


Todas las chimeneas nos miran. Nos figuran como hoguera andante. Eso pensaba mientras pasábamos por allí. Con ojos de ciclón amansado me miraste y tu voz dijo que el humo aún no andaba. Pero yo ya sabía que nuestro ciclo era el del fuego donde la ceniza quedaría descartada. Hacía frío en la ciudad. Tu mano izquierda tocó la piel de mi espalda. Deseé tumbar mi sangre. Seguimos caminando. La ciudad era pequeña. Llegamos al hotel, anochecía, me pediste un cigarrillo. Hacía calor en la habitación. Vi salir sortijas de humo por tu boca. Vuelve a encender el mechero, estando de espaldas a mí, dijiste. Te pedí una calada.



No se por donde me vino
este querer sin sentir,
ni se por que desatino
todo cambio para mi.
Por que hasta el alma se me iluminó
con luces de aurora al anochecer,
Por qué hasta el pulso
se me desbocó y toda mi sangre
se puso de pie.

Me miraste, me miraste
y toda mi noche
oscura de pena ardió de lucero,
me embrujaste, me embrujaste
y un rio de copla cantó
por mis venas tu amor verdadero.
Si estaré mi vida soñando
y tendré que despertar
lo que a mi me esta pasando
no es mentira ni verdad.

¿Qué me diste? ¿qué me diste?
que asi me has cambiado
de nieve en hoguera de roja pasión
no me aleje tu vera
que sin ti no hay pa' mi remición.
No estas viendo
que al llamarte como loca
desde el alma hasta la boca
se me sube el corazón.

No se si hay otra que quiera
con la pasión que yo a ti,
vivir de esta manera
más que vivir es morir,
por que me despierto
temblando a sola
y miro a la calle
desierta y sin luz,
por que tengo la corazoná
de que vas a darme
sentencia de cruz.

Me miraste, me miraste
y al mundo mis ojos
de frente a los tuyos
brillaron de celos.
Me embrujaste, me embrujaste
y igual que la arena
mi torre de orgullo
vinieron al suelo.
Si será de brujería
el nectar de tu querer,
que la luz de mi alegría
la oscurece tu con el.

¿Qué me diste? ¿qué me diste?
que asi me has cambiado
de nieve en hoguera de roja pasión
no me aleje tu vera
que sin ti no hay pa' mi remisión.
No estas viendo
que al llamarte como loca
desde el alma hasta la boca
se me sube el corazón.