sábado, 6 de marzo de 2010

Ellas crean y emocionan

Partituras particulares de escucha: ELLAS CREAN

Tres geniales cantaoras que no me perderé.

ESPERANZA FERNÁNDEZ

'En el compás de su sangre', soleá de Esperanza Fernández acompañada al piano de Dorantes.


El piano de Dorantes, como atajando las notas entra tímidamente en los ritmos de la soleá.
Sube el tono hasta que 'ayyea' Esperanza Fernández.
Templar es una palabra clave para cantar.
También influyen los duendes, sobre todo en las sobrias soleás.
Voz gitana sin muchas aristas la de Ella.
El piano se echa en falsetas.
La tradición entra en la letra y en el alma.
Esperanza termina en alto su sentida soleá.

Nana de Esperanza Fernández acompañada por Renaud García-Fons.



Grave entra el contrabajo enlazándose enseguida a un sonido aviolinado.
Es el contrabajo de cinco cuerdas del soberbio Renaud García-Fons.
Esperanza canta la nana entre el contrabajo y los violines.

Ae, deja mi niño de llorar.
Ae, niño tú no llores más.
Cada vez que un niño deje de llorar
un gran arcoiris saldrá.
Ae, niño duérmete ya.
Ae, en tu cuna de agua y miel
te vendrán a mecer
todos los niños del mar,
del mar de la esperanza.
Ae, ay que siempre te protegerán.


MARINA HEREDIA

'Vida inquieta', taranto de Marina Heredia.


Entrada viva de la guitarra en los acordes del taranto.
Canto alto y plateado en el primer tercio:

Tan imposible lo hallo
de tu querer apartarme
como escribir en el agua
de una piedra sacar sangre.


Segundo tercio, la voz sigue sublevada y la guitarra interna y honda.

Mi almita te regalé
ay, no sé si la que tenía
y mi almita te dediqué
y a cada paso fui trampa
de tu mal querer
yo marqué tu vida inquieta.
¿Quién eres tú para
hacer y deshacer?


ROCÍO MÁRQUEZ

Granaína de Rocío Márquez.



Guitarra perfecta, leve y perfilada.
Y la voz de Rocío, onubense, delicadísima en su entrada, paralela en tono a la guitarra.
Palo éste, la granaína, poco frecuente:

Y no me la dejan ver
y enferma y en la cama está.
Y no me la dejan ver
ay a mí me mata la pena
y porque de seguro sé
que al verme se pone güena.


La guitarra baila agaviotada en la falseta tras este primer tercio. Vuelve a su compás:

Ven y cuéntame tus penas
y a quién lloras noche y día
ven y cuéntame tus penas
que por consolarte a ti
doy la sangre de mis venas
ay, aunque me cueste el morir.


El ay y la guitarra se reivindican en el cierre.