miércoles, 7 de julio de 2010

De basuras y otros recuerdos

III. LOS CHIRRIONES
Atravesaban por otra calle unos chirriones de basura, y llegando enfrente de una botica, los cogió la Hora, y empezó a rebosar la basura, y salirse de los chirriones, y entrarse en la botica, de donde saltaban los botes y redomas, zampándose en los chirriones con un ruido y admiración increíble; y como se encontraban al salir y al entrar los botes y la basura, se notó que la basura, muy melindrosa, decía a los botes: «Háganse allá.»

Los basureros ayudaban con escobas y palas, traspalando en los chirriones mujeres afeitadas, y gangosos, y teñidos, sin poder nadie remediarlo.

La hora de todos y la fortuna con seso Francisco de Quevedo y Villegas



Mi infancia son recuerdos pero no de un patio de Sevilla sino de un pueblo en el que cada casa tenía su basurero. A más animales, más mierda: una suculenta ecuación para la tierra. Íbamos a las soleras (rastro que queda donde antes hubo algo) de los basureros a rascar tierra negra dormida durante, al menos, un año. Era para los tiestos, para que los geranios chillasen de color. La basura, como un buen vino de crianza, necesitaba reposar durante un año, fermentación incluida. Luego se llevaba en los remolques a las tierras donde se hacían unos pequeños montoncitos llamados cotos. Desde éstos se esparcía luego. Así de sencillo. Ahora todo es más líquido.

Este poema en redondo, o basurero, me merece un respeto. Está (estaba, imagino, ya pasaron tres años desde la foto)en el valle del Baztán. No es el basurero desparramado que se formaba según caía al suelo. Este es un basurero aseado, no sé si melindroso. Lo cierto es que es un verdadera obra de arte. Y lo digo convencido.




Albertucho Basura en que nacen flores

Exiliado de mi vida
nutrir me quiero de prosa,
soy axioma inútil,
rosa que florece compartida.
Si no sé pues me lo invento,
igual que invento canciones.
Soy basura y sentimientos,
basura en que nacen flores.
Mi más ínfima neurona escupe cuando amarga el viento
y en tinta dibujo y no miento lo que mandan mis hormonas,
quizás aprenda algún día y no haga falta inventario
Río que lleva mi saliva se desborda reventando
pues sin avisar me inunda, y el unicornio de Silvio
me hace anotar mi delirio, ¡machacarsela sin funda!
Exiliado de mi vida
nutrir me quiero de prosa,
soy axioma inútil,
rosa que florece compartida.
Si no sé pues me lo invento,
igual que invento canciones.
Soy basura y sentimientos,
basura en que nacen flores.