jueves, 7 de octubre de 2010

Versatilidad de la infancia a través de un sueño


Sigo teniendo trenzadas aquellas manzanas
de aquel árbol ya inexistente, de aquella huerta
de la que sólo queda el perfil óseo de su esqueleto.
Pasé hoy por ella y vi que nada queda. Pasé
de aquella vieja realidad otoñal al proceder de un sueño:
era quien fui, éramos, fruta era aliento por un árbol,
subíamos, sabíamos del estimulante morder ácido
de una manzana, pero paso ahora a mi hoy,
a mi modo de hacer calma con el pasado,
acomodándome, fingiendo que lo que como
es la parte más versátil de la infancia.