sábado, 6 de agosto de 2011

Momentos



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6 comentarios:

Carmen dijo...

tiempo detenido

muros que muestran y hablan, en los que la memoria permanece, se suaviza o se derrumba

a pesar de la vida sigue

Inés González dijo...

Siempre los barrotes han fragmentado la vida, y todos alguna o muchas veces hemos mirado a traves de ellos.
Es tristísimo y alentador a la vez mirar desde una celda, una prisión interior o un zulo.
Esta foto conmovedora me ha llevado al "Extranjero" de Camus, ese libro emblemático que marcó la juventud de muchos de nosotros.
La vida sigue, como ese árbol fuera de foco que irrumpe con su rama temblorosamente, algo está allí para recordarnos siempre su presencia, su esencia y su vitalidad.
A veces preferimos las cosas "fuera de foco".

Tempero dijo...

Carmen:

de pequeños, de tan delgados que éramos, algunos, sólo algunos, atravesábamos las rejas de algunas casas. Si entra la cabeza entra el cuerpo, era el lema. Bien distinto es ahora el lema: poder estar adentro por estar la puerta abierta, por tener la puerta destrozada una casa.
La infancia, la mía, ahora que lo pienso, la marcó mucho la anchura de ciertas rejas.
No me gustan las rejas. Me sigue gustando escalar por ventanas.

A pesar de todo...

Tempero dijo...

Se ve que sigue,
ahí fuera.
La rutina del aire y
el árbol como fuente.
Se salva el intermedio del hierro
con los ojos. No siempre.
Ahí fuera sigues.

Shandy dijo...

¿Miraría desde esas rejas San Juan de la Cruz?

Ese poema visual es una canción del alma, un lamento.

Ilustraría com esa imagen estos versos de San Juan

2. ¡Oh cauterio suave!
¡Oh regalada llaga!
¡Oh mano blanda! ¡Oh toque delicado,
que a vida eterna sabe,
y toda deuda paga!
Matando. muerte en vida la has trocado.

Un abrazo

Tempero dijo...

Shandy:

mas bien diría San Juan:

No llora por haberle amor llagado,
que no le pena verse así afligido,
aunque en el corazón está herido;
mas llora por pensar que está olvidado.

Besos.