domingo, 3 de julio de 2011

Hábitats

( De la tierra, de nuevo )

Mi linde está en la tierra,
en lo que en ella se mueve.
Si ando, prefiero vísceras de terrones
a asfalto recién peinado.
Lo que a mí me mira desde la tierra
no tiene longitud
ni papeles oblicuos
ni merma.
Lo que a mi me mira desde la tierra
igual miro yo
sin merma.


Como el viento de poniente, El Cabrero, de su disco homónimo.



COMO VIENTO DE PONIENTE

De niño no me gustaban
los libros ni la sotana
ni salir en procesión
era tan desobediente
como el viento de poniente
revoltoso y juguetón.

En vez de mirar pal cielo
me puse a medir el suelo
que me tocaba de andar
y nunca seguí al rebaño
porque ni el pastor ni el amo
eran gente de fiar.

Empecé haciendo carrera
por atajos y vereas
muy estrechas para mi,
y decían mis vecinos
que llevaba mal camino
apartao del redil.

Como aquel que calla otorga
y aunque la ignorancia es sorda
pude levantar la voz
más fuerte que los ladríos
de los perros consentíos
y que la voz del pastor.

Siempre fui esa oveja negra
que supo esquivar las piedras
que le tiraban a dar.
Y entre más pasan los años
más me aparto del rebaño
porque no se adonde va.

Como aquel que calla otorga
y aunque la ignorancia es sorda
pude levantar la voz
más fuerte que los ladríos
de los perros consentíos
y que la voz del pastor.