sábado, 24 de septiembre de 2011

Desde mi silla de anea


Tiene la poesía mucho de tránsito y reposo. Pero sobre todo tiene mucha afinidad con la carpintería. Recuerdo a mi padre labrando palos con esa herramienta que conservo: la azuela. Mi padre pulía los palos a medida y a ojo. Y no era carpintero. Yo tampoco. Y a cambio he decidido andar con mi silla a cuestas y afrontar un nuevo proyecto poético a base de lo que llamaré 'asientos'. Pero tendrá entrada en este lugar:





Y mientras, les seguiré dejando por aquí cosas que me gustan mucho como esta seguirilla de Pepe el de la Matrona titulada No duermes sola.