sábado, 31 de marzo de 2012

Azahares

Cogí un taxi porque no llegaba a las 9:30. El recorrido para mí fue una delicia. El hombre conducía de maravilla y él y su taxi era todo un remanso de paz y pulcritud. No hablamos ni una palabra en todo el trayecto, aparte del saludo inicial. Cuando fui a pagarle le pregunté si le venía bien en monedas y me dijo que sí. Nos despedimos con un buenas noches pero justo antes de salir me acerqué y le dije...conduces estupendamente. Sólo vi su cara de soslayo porque naturalmente no se lo esperaba y no se volvió para mirarme, pero vi su sonrisa que le ocupaba la cara entera.


Este es un relato de ayer por la noche. No es mío. Me lo encontré en el correo. Lo traigo aquí porque es perfecto para ilustrar el gozo de un viaje, un encuentro breve y un adiós en suspenso.
Dentro de mi propensión al jazz calmado quiero añadir a este relato un tema que me lleva absorbiendo varios días. El tema pertenece al disco de Giovanni Guidi, de su disco INDIAN SUMMER. Su título es Neverland last days.


Hacia el minuto dos, el saxo entra en el tema dando cinco golpes de sonido como llamando levemente. Escuchad este tema, es todo un gozo, todo un remanso.