jueves, 24 de enero de 2013

Estallido

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Quiero una permuta contigo,
con tu cara, rostro o boceto,
silencio.
Quiero que coman de mi mano
todas las puertas aireadas.


Compases y silencio (Soleá) de Enrique Morente, en su disco PABLO DE MÁLAGA

Si en vendiendo yo mis carnes
tuviera alivio mi pena
a la voz de un pregonero
mis carnes yo las vendiera


.

2 comentarios:

JosepMª dijo...

¿No sabes
que las puertas
están para impedir el paso?
Puerta del alma.
Puerta cerrada.

Aunque regales tu carne,
hay penas sin alivio.
¡Ay!

Ya,
sólo tres gatos
comen de mi mano.

Me gusta mucho la fotografía
de hoy.
Volver a ver la silla.
Y más,
porque les tengo
una íntima querencia
a las campanas:
En mi infancia,
de monaguillo,
me sabía todos los toques...


Tempero dijo...

Las puertas debieran ser sólo necesarias para impedir el paso del frío. Cuando escucho eso de puerta acorazada ya me tiembla el alma, Josep. La coraza en algún un animal es necesaria, pero si existe la coraza en el hombre es porque éste siempre camina hacia lo vulnerable. Cualquier sociedad, por una cosa llamada avaricia ha tendido hacia lo vulnerable, por más que se empeñe en acorazarse.

Pero yo te digo que las puertas de la casa de mi pueblo tienen su idioma particular, las bisagras son canción de vida.

Ojala la bisagra de tu rodilla te deje de dar la lata.

Amigo, suerte.