jueves, 18 de abril de 2013

Transeúntes hojas

.



No sólo las ratas toman el aire.
Hay un ágape mayor bajo el cielo
para compartir con ellas.
Preguntadle al aire 
de parte 
de quién está.
Hallamos que cualquier hoja 
responde por él. O cualquier pulmón.

Cualquier sable puede cortárnoslo.
Hoy no.


Folias de Accademia del Piacere, Fahmi Alquai & Arcangel 
de su disco LAS IDAS Y LAS VUELTAS

6 comentarios:

JosepMª dijo...

Transeúntes hojas.
Como nosotros.
Llegamos a un punto
en que el viento nos lleva.
Amigo mio,
no ha de darnos dolor
el comprender
que estamos de paso.

Si fuéramos conscientes
de nuestra estancia efímera
en este planeta,
quizás(?)
seríamos solidarios co él.
Y con nosotros.
(Los otros)
Todos repiraríamos mejor.

Jodida espeie humana.
Viene un mal fin, cagando leches.

En tu fotografía
lucen
dos higueras.
Son unos de mis árboles preferidos.

Preciosas Folias.
¿Meláncolico estás?
¿Es que no comes?

Un guiño.
Y un abrazo.

Anaís dijo...

El aire también tiene brazos poderosos, igual que los árboles. Brazos poderosos que nos llevan y nos traen, que nos abrazan, que nos mecen y nos besan. Después llega la noche, desaparecen los brazos del aire y nos quedamos solos.

Tempero dijo...

Josep, cuando trabajé en Ocaña recuerdo una noche que venía un frente declarado de agua, de esos que se saben que vienen fuerte. El agua ya se necesitaba. Recuerdo que horas antes de que empezase a llover las ratas empezaron a recorrer nerviosas el falso techo. Las ratas se alertan ante las tormentas. Los humanos que controlan el mundo parece que no alertan el fin. Pervivirá la rata, el hombre no.
Como de lo lindo, el deporte me abre mucho el apetito. De los higos soy adicto en su plenitud.

Otro abrazo. Y no te quepa duda de que soy melancólico; muy.

Tempero dijo...

An. tú lo sabes bien, todo es verdad bajo los árboles. Te diré, porque me ha ocurrido en cierta ocasión, que si observas un arreón inesperado, un latigazo de aire en unos chopos y a lo lejos ves nubes negras, guarécete, la lluvia carecerá de melancolía.

Anaís dijo...

Ahora entiendo el primer verso, ¡caramba, ratas! Me ha despertado mucha ternura cuando has escrito que eres "melancólico; muy".

Todo era verdad bajo los árboles.
Y mi verdad es que bajo los árboles fui feliz, soy feliz.

Mi abrazo, sin lluvia.

Tempero dijo...

An. al igual que en los falsos techos, al haber previsión de inundaciones, las ratas afloran de las alcantarillas. Las noches calurosas de tormenta se las ve en la calle con más frecuencia. En ese sentido las tomo yo en el verso. Llamar rata a un ejecutivo al cual el mundo y su destrucción le de lo mismo sería denigrar a esos roedores.

Muy, demasiado.

Besos.