domingo, 20 de octubre de 2013

Pardal


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no quiero ser del calibre veintidós
ni hacer un mundo triste para los pájaros
ni ojear a ninguno en su reposo
si elijo algo es la condenada
melodía de su canto
su permanente luz

El Cant dels Aucells, Jordi Savall, MARE NOSTRUM


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viernes, 11 de octubre de 2013

Rinoceronte

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Sé que el rinoceronte no tiene en su cuerno
ningún punto de mira: la fuerza nada más.
Ella lo mira más allá del cuadro,
lo mira como si tocase
al esternón de la naturaleza,
pues Ella, que sí lo sabe,
tiene alma de sabana, de acacia,
de pasto, de muerte lenta,
de animal sabio, de barro,
de suburbio bajo grandes pezuñas.

Ella en su perecer animal.


Alma, de Antonio Rey de su último disco CAMINO AL ALMA

martes, 8 de octubre de 2013

Halcón

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lo solo del animal, que es la soledad nuestra

Extracto ese párrafo que Olvido García Valdés transfirió como dedicatoria a Carmen, amiga cordobesa que ama la poesía con el mismo mimo que mira a través de un cristal de un autobús en marcha. Escrutadora sin fin ella, no sé si con mirada de halcón, pero parecida.
Ese párrafo, le dije, es un poema en sí, es el hilo de un poema.


Ese halcón, 
peregrino de la nada,
si está domesticado.

Absence (Ausencia), OMAR SOSA, de su disco CALMA

(Ese disco me lo recomendó también Carmen. Ese tema es obsesivo para mí. Me lleva al ritmo de una lentísima seguirilla. La ausencia.)

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jueves, 3 de octubre de 2013

Azadón de plata

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Hace ya dos años que pasé por ese olivar de Palenciana, Córdoba. En su momento detuve allí esa silla que tanto interroga a lo que ve. Quizá ella misma se responda con más preguntas. ¿Por qué se arrancaron esos ejemplares de olivos centenarios, majestuosos, maravillosos, de esa tierra? ¿Por qué tanto criterio económico nos lleva a tanto desfase?
Ya sabéis de mi amor hacia el olivo, hacia cualquier árbol, a la naturaleza.

Hace unos días mantuve una conversación con Genaro, un agricultor/hortelano de Perales del Tajuña, aquí en Madrid, pueblo en el que tengo una huerta. Le hable de tantos olivares perdidos, le mencioné las pocas ganas de recuperarlos. Él me hablo de cuando tardaban 5 días su hermano y él en arar un olivar camino de Villarejo; también de cuando en un día le daban dos vueltas por hacerlo ya con tractor. Pero algo hermoso me dijo a propósito de mi mención hacia la generosidad de los olivos, así pasen los años:

Recuerdo una cosa que decía mi padre, el hombre, sobre los olivos. Decía que al olívo había que cavarlo con azadón de plata.

No sé si con azadón de plata, pero lo cierto es que a un olivo a nada que lo cuides te da.

Aún sigo creyendo en la raíz de lo puro. Sé que existe aunque nos empeñemos en avasallarla.


La raíz de lo puro, de Antonio Rey, de su último disco CAMINO AL ALMA.