jueves, 15 de febrero de 2018

Cotidiano

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Ayer, en una pequeña papelería de barrio que también dispone de los aparatos necesarios para jugar a la lotería:

-Écheme este boleto para el viernes.

La dueña, a la vez que me cogió el billete, le dijo a un hombre mayor,  recién entraba:

-Horacio, si ya viniste esta mañana ya a echar la lotería.
-¿Ah, sí?, -y se dio media vuelta.

Nos quedamos mirando la dueña y yo el tiempo justo.


(El olvido está lleno de memoria.)

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